LA CASA STAMPA


Construida en 1908 por la familia Stampa, inmigrantes de origen italiano, esta elegante residencia de estilo afrancesado es un testimonio de la arquitectura porfiriana en la colonia Cuauhtémoc. En 1919 fue habitada por Venustiano Carranza, presidente de México de 1917 a 1920, quien residió aquí junto a su familia y desde donde dirigió parte de su gobierno hasta poco antes de su partida hacia Tlaxcalantongo, donde fue asesinado.  

El inmueble fue declarado museo por decreto presidencial e inaugurado en febrero de 1961, con el propósito de conservar la memoria del “Primer Jefe” y mostrar el esplendor de una residencia de principios del siglo XX. En 1993 pasó a formar parte de la red de museos del INAH, resguardando mobiliario original, documentos y objetos personales que permiten comprender la vida de Carranza y el México posrevolucionario.



VENUSTIANO CARRANZA


Venustiano Carranza Garza nació el 29 de diciembre de 1859 en Cuatro Ciénegas, Coahuila, dentro de una familia estrechamente ligada al comercio, la agricultura y la política local. Desde temprana edad mostró inclinación por los asuntos públicos y por la organización comunitaria, lo que lo llevó a ocupar diversos cargos en su estado natal: fue presidente municipal, diputado local, diputado federal, senador y finalmente gobernador de Coahuila. Estos primeros años le permitieron adquirir experiencia en la administración pública y consolidar una visión firme sobre la importancia del poder civil frente al militarismo.

Su papel en la historia nacional se definió a partir de 1913, cuando el presidente Francisco I. Madero fue derrocado y asesinado tras el golpe de Estado de Victoriano Huerta. En respuesta, Carranza proclamó el Plan de Guadalupe, documento con el que desconoció al régimen huertista y se nombró Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. A partir de entonces encabezó la resistencia que, tras una intensa lucha, logró la caída de Huerta en 1914.

Consolidado como figura central de la Revolución, Carranza tuvo que enfrentar las profundas diferencias con otros caudillos como Francisco Villa y Emiliano Zapata. Mientras ellos defendían proyectos regionales y de fuerte contenido agrarista, Carranza impulsaba la reconstrucción institucional y el fortalecimiento del Estado, con el objetivo de reorganizar el país bajo un orden civil y legal.

Su mayor legado llegó en 1917, cuando convocó al Congreso Constituyente en Querétaro. De ese proceso surgió la Constitución de 1917, un documento pionero en el mundo por incluir derechos sociales, laborales, agrarios y educativos, además de salvaguardar la soberanía nacional frente a los intereses extranjeros. Esta carta magna, que sigue vigente con reformas, sentó las bases del México moderno y convirtió a Carranza en uno de los grandes constructores del Estado constitucional.

Durante su presidencia (1917-1920), buscó modernizar las instituciones, limitar la influencia externa y consolidar un gobierno civil. Sin embargo, su administración también fue señalada por prácticas autoritarias y por los continuos enfrentamientos con líderes revolucionarios que no compartían su proyecto. La inconformidad de estos sectores derivó en el Plan de Agua Prieta de 1920, encabezado por Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta.f

Ante el avance de esta rebelión, Carranza intentó trasladar su gobierno hacia Veracruz, pero en el camino fue traicionado. La madrugada del 21 de mayo de 1920, en Tlaxcalantongo, Puebla, fue asesinado mientras descansaba en una humilde choza de la sierra.

Hoy se le recuerda como el “Primer Jefe”, el hombre que, en medio de la convulsión revolucionaria, defendió la supremacía del poder civil y dejó como herencia la Constitución de 1917, piedra angular de la vida política y social del México contemporáneo.








MUSEO CASA CARRANZA


El Museo Casa de Carranza, en la Ciudad de México, ocupa la histórica Casa Stampa, una elegante residencia porfiriana construida a inicios del siglo XX en la colonia Cuauhtémoc. El inmueble sobresale por su arquitectura afrancesada, con detalles de cantera, hierro forjado y amplios espacios que reflejan el estilo de vida de la élite de la época. Su importancia no es solo estética: entre 1919 y 1920 fue residencia de Venustiano Carranza, presidente de México y figura clave de la Revolución.

El museo abrió sus puertas en 1961 con el propósito de preservar la memoria de Carranza y su tiempo. En sus salas se conservan mobiliario original, objetos personales, documentos y fotografías que permiten acercarse tanto a la vida del presidente como al complejo contexto político y social de la Revolución y el México posrevolucionario.

Más allá de su acervo, la experiencia incluye la apreciación de la propia casa: sus salones, escalinatas y ventanales transportan al visitante a las primeras décadas del siglo XX, cuando la Ciudad de México comenzaba a transformarse bajo los aires de modernidad porfiriana.

Desde 1993, el Museo Casa de Carranza forma parte de la red de museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo que garantiza su conservación, difusión y función educativa.

Visitar este museo es adentrarse en un espacio donde historia, memoria y arquitectura se entrelazan, invitando a reflexionar sobre el legado de Carranza y su papel en la construcción del México moderno.



CASA MUSEO


En México, las casas museo constituyen una valiosa red cultural que nos permite acercarnos de manera íntima a la historia nacional. Estos espacios no son solo edificios históricos: son escenarios donde se resguarda la memoria de personajes clave en la política, la cultura y las artes, a través de los objetos que usaron, los ambientes que habitaron y los documentos que dieron forma a sus ideas.

Recorrer una casa museo es entrar en contacto con la vida cotidiana de quienes protagonizaron distintos momentos de nuestra historia. Cada sala, cada mueble y cada detalle nos habla de sus pasiones, sus costumbres y de personajes que influyeron en el rumbo de México. Esta red de recintos, integrada por más de veinte recintos, contribuye a preservar y difundir el legado material e inmaterial del país, invitando al público a comprenderlo desde una perspectiva cercana y humana.

Entre estas casas museo, destacaremos el Museo Casa de Carranza, ubicado en la Ciudad de México, en lo que fue la residencia de Venustiano Carranza, uno de los líderes más relevantes de la Revolución Mexicana y principal impulsor de la Constitución de 1917. Este espacio conserva parte del mobiliario original, fotografías, documentos y objetos personales que permiten conocer tanto al hombre público como al personaje privado.

Al recorrer sus salas, el visitante puede apreciar cómo vivió Carranza, cuáles eran sus intereses y cómo se desenvolvía en la vida cotidiana, mientras se adentra también en la compleja historia política de los primeros años del siglo XX. De esta manera, el museo no solo resguarda la memoria de un personaje fundamental, sino que ofrece claves para comprender el proceso que dio forma a la nación moderna.

Así, el Museo Casa de Carranza se integra a la Red de Casas Museo México como un espacio único que enlaza la intimidad del hogar con los grandes acontecimientos de la historia, recordándonos que detrás de cada figura pública existe una vida personal que también forma parte de nuestro patrimonio.